Toth era el dios egipcio vinculado al conocimiento, a la ciencia, al conteo del tiempo, y por ello se suele decir que era el dios de la sabiduría, “El señor del tiempo” y “el reconocedor de años”. Por ello, es habitual encontrarle representado como escriba con sus útiles de escritura. 

Representado comúnmente como un ave ibis o como un babuino con el disco lunar sobre la cabeza, al dios Toth se le atribuía, también, labores de mensajero y de conciliador entre los dioses. 

Es un dios muy antiguo y probablemente sea resultado de la fusión de otras deidades más tempranas. Thot es un dios que vigila el proceso lunar y es inventor del calendario. Calcula los años y los apunta, así como también anota los años de reinado de los monarcas. Por tal motivo se convirtió en el patrono de los escribas, en el inventor de la escritura y de todo lo relacionado con las artes, las ciencias, las letras y la intelectualidad. También se atribuía a Thot haber inventado las lenguas y haberlas distribuido por todos los pueblos. 

Este dios también participa en el famoso mito de Osiris. Según la leyenda, cuando Horus perdió su ojo tras una pelea con su tío Seth, fue Toth quien se lo curó mediante magia y rellenando con saliva milagrosa su ojo dañado. Como agradecimiento, obtuvo el control sobre la luna.

En su aspecto funerario también encontramos a Toth en el momento del juicio final de los difuntos, en la Sala de la Pesada del Alma, donde se juzgaba el corazón del fallecido, para comprobar que sus buenas acciones en vida le permitían el acceso a la vida eterna. Y allí se encontraba Toth para apuntar el veredicto.