A primera hora de la tarde del 10 de noviembre de 1871, dos de los grandes exploradores de África se encontraron por primera vez en Ujiji, a orillas del lago Tanganika. Este encuentro ha quedado inmortalizado en la historia como el momento en que un galés casi desconocido, Henry Morton Stanley, saludó al respetado misionero escocés con las palabras: “el Doctor Livingstone, supongo.”
En 1871, David Livingstone estaba a punto de concluir su vida como explorador después de haber viajado por África desde 1841. La carrera de Stanley como periodista y explorador estaba en sus comienzos. este famoso encuentro, bajo la sombra de un árbol de mango en el corazón de África, puede considerarse el momento en que una generación pasó el testigo de la exploración africana a la siguiente.
Livingstone y Stanley se encontraron en un momento en que Inglaterra aún estaba tratando de resolver muchos de los misterios geográficos de África. Ambos hombres pasaron tres meses juntos explorando la mitad norte del lago Tanganika, ya que intentaban comprobar si había algún río que surgiera del lago y pudiera ser un afluente del Nilo. Las descripciones de sus diarios indican la profunda impresión que se causaron mutuamente. Ambos eran de humildes orígenes celtas y habían tenido infancias difíciles. Y ambos completaron viajes extraordinarios atravesando zonas inexploradas de África, de una costa del continente a la otra.