"Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas del Ngong" es una de las frases más famosas que ha regalado la literatura romántica. Es así como comienza 'Memorias de África', una novela publicada en 1937, convertida en uno de los romances más memorables de la literatura y el cine.
A principios del siglo XX, Karen Blixen, una mujer europea, llega a Kenia para dirigir una plantación junto a su marido, un mujeriego incorregible con el que se ha casado por imposiciones sociales. La relación que Karen establece con África, sus gentes y el cazador Denys Finch-Hatton son el hilo de una aventura que es tan sencilla como poética y romántica.
Memorias de África situó en el mapa del imaginario colectivo al continente negro, y concretamente a Kenia, a través de imágenes poderosas, convirtiéndose en su mejor embajadora. Abordando a través de imágenes poéticas temas tan difíciles como la ausencia, la necesidad de amar, la amistad o el colonialismo, al darse una visión romántica de aquella época, se generó un perfil de viaje que embriaga con solo imaginarlo.