La silueta piramidal del Huayna Picchu se eleva sobre la legendaria ciudad de los incas. El antiguo poblado de Machu Picchu, emplazado a casi 2.500 metros sobre el nivel del mar, es una obra maestra de la arquitectura y de la ingeniería civil. Su sistema de drenaje, por ejemplo, ha evitado inundaciones y derumbes, tan habituales en otras zonas de Perú durante las lluvias intensas y las riadas. Por otro lado, la ciudad de piedra está perfectamente integrada en el paisaje, en completa armonía con su entorno. Su construcción se remonta a mediados del siglo XV, cuando la sociedad incaica se encontraba en su apogeo, pero la llegada de los españoles provocó su abandono. Una ciudad erigida y abandonada en 100 años. Un vestigio de una de las culturas más apasionantes de la historia.