Hathor, la diosa vaca que diviniza a la mujer

Representa la fertilidad, la feminidad y es la protectora de las madres y los niños.

La diosa Hathor es la que mejor representa la fertilidad y la feminidad del panteón egipcio. Habitualmente la vemos representada como una mujer con cara triangular -que recuerda a la de un animal bovino-, con orejas de vaca, cuernos y el disco solar entre ellos, que fue su poder creador de sacar al Sol de la oscuridad. También podemos encontrarla como una mujer con cabeza de vaca o como una vaca en su totalidad. 

La vaca fue un animal utilizado por los egipcios para simbolizar la fertilidad desde un punto de vista maternal, por lo que la leche cumplió un papel importante en los ritos de culto a Hathor. Por ese motivo era la deidad de la fecundidad, la protectora de las madres y los niños.

Los textos religiosos antiguos nos muestran un lado apacible de Hathor, a la que identificamos en la diosa Bastet, pero cuando se enfadaba se convertía en una leona de gran poder destructor, representado en las diosas Sejmet o Tefnut. Era una diosa muy ligada a la mujer, a la divinización del cuerpo femenino, a la alegría, al amor, al sexo, la música y la embriaguez, y su culto era realizado por sacerdotisas. Por sus poderes creadores, mujeres y hombres recurrían a Hathor para que les diera descendencia y solucionara sus problemas de impotencia. 

Hathor es una divinidad celeste y, como tal, representa lo femenino y la creación. A partir de la Dinastía IV, su nombre se relaciona con “la mansión de Horus”, lo que significaba que ejercía como madre del dios, y así aparecía representada en las tumbas de algunas sacerdotisas enterradas en la necrópolis de Dendera. También encontramos referencias a ciertas hadas, las 7 Hathor, que determinaban los nacimientos y el destino de los recién nacidos. Mucho más tarde, los griegos identificaban a la diosa Hathor con su Afrodita.