El 5 de junio de 1916, Husayn ibn Ali, jerife de La Meca, inició la Revuelta Árabe contra los turcos otomanos, dueños de gran parte de la península arábiga. Lawrence fue enviado, como conocedor de la zona y del idioma, a reunirse con él. Fue así como conoció a los cuatro hijos de Husayn: Ali, Faysal, Abd Allah y Zayd, y concluye que es Faysal el más adecuado para dirigir la revuelta; de ahí nacería la amistad entre Lawrence y el príncipe hachemí, quien, acompañado por Lawrence, comenzó la ofensiva contra las tropas otomanas.
Con la asesoría de Lawrence, los árabes desarrollaron una estrategia adecuada para el terreno, la capacidad y el número de hombres de que disponían: los rebeldes libraron una guerra de guerrillasque aterrorizó a sus enemigos y fue ganándose el reconocimiento de otras tribus, que se le fueron uniendo. En enero de 1917 habían tomado el puerto Wejh, en el mar Rojo, y en julio, con la rendición de Aqaba, la campaña del Hiyaz terminó en una aplastante victoria para los árabes. Fue un giro que cambió el planteamiento de la guerra en el frente oriental. Pero muy pronto, tanto Lawrence como los árabes descubrirían, como él mismo escribió en su obra Los siete pilares de la sabiduría, que "las promesas a los árabes eran huecas". Algo que ratificó el tratado Sykes-Picot (por los dos firmantes del acuerdo: Mark Sykes por Gran Bretaña y Charles-George Picot por Francia), un acuerdo secreto que dividía el territorio turco del Oriente Medio en dos esferas de influencia: la inglesa y la francesa, impidiendo el deseo de Faysal y de Lawrence de un Estado árabe.